Anécdotas

La historia de un pueblo también está construida con lo acontecido a sus habitantes. Por eso invitamos a nuestros visitantes que compartan con nosotros sus historias, que en conjunto forman la historia de nuestro pueblo.

Pan con pan...

Enviada por: Julianito
Mi madre, como muchos saben, fue maestra en Aldeaquemada durante algunos años. Me cuenta que al llegar al pueblo le llamó mucho la atención que la base de la alimentación en el pueblo era el pan, mucho pan que comían con mojes, ("un ris-ras, un lavauñas y un gastapán") y caldillos de huerta similares. En resumen, que los aldeanos de entonces comían una barbaridad de pan.
Pues un día se le ocurrió organizar una merienda en el campo con las niñas de la escuela, y se fueron al Puente de la Venta. Allí cantaron, jugaron al corro, y cuando llegó la hora de merendar, pues cada niña sacó lo que llevaba, o más bien, desenfundaron sus panes para comérselos con lo que les hubieran dado en casa.
Una de las niñas -no recuerdo el nombre, aunque de todos modos no lo diría- se llevo MEDIO PAN para merendar y UNA ONZA de chocolate.
Termina la merienda y ve mi madre que la niña se había comido sólamente la mitad de la onza de chocolate.
"Huy, ¿no te vas a comer esa media onza de chocolate?
"No, señorita" -le respondió- "Es que SE ME HA ACABADO EL PAN"

También le tocó a un aldeano

Enviada por: Julianito
Entre los millones de víctimas del horror nazi en los campos de exterminio también hay un vecino de Aldeaquemada: Juan Ruiz Vivar, muerto el 21/10/42 en el campo de Gussen (Alemania), un campo "tipo 1", de los considerados "sin regreso", situado a 4 Km de Mauthausen. Me he encontrado con un testimonio que puede ser muy significativo para explicar porqué casi nadie ha oido hablar del Campo de Guzen:
"Como residente en varios campos, puedo decir que Guzen era el peor. Esto no significa que las condiciones en los otros campos no fueran horribles; comparadas con Guzen, uno podría decir que esos campos eran paraisos. La prueba de ello puede ser que Guzen sea uno de los menos conocidos, no porque fuera más pequeño que los demás -puede incluso que fuera el más grande. Simplemente era desconocido porque muy pocos de las decenas de miles de prisioneros enviados allí quedaron vivos para contar la historia de sus horrores." (Rabbi Rav Yechezkel Harfenes)

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