La Piscina Municipal
Foto: José Collado Morales
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Inaugurada en el verano del 2000, puso fin a las penalidades que pasaban los aldeanos cuando querían combatir el calor. Estas eran:
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Bañarse o ducharse en casa
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Bañarse en la alberca de la huerta o en alguna piscina particular
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Atravesar la sierra en plena siesta para bañarse en la piscina de Orellana (Santa Elena)
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Idem de lo mismo, pero desplazándose a la piscina de Castellar de Santiago
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Bañarse en La Cimbarra, aunque el calor de la subida les hiciera olvidarse que habían estado en contacto con el agua.